El tercer mes del año ha llegado. Con él, comienza el segundo de los dos períodos sin descansos adicionales. Serán dos meses y medio hasta el inicio de la Semana Santa. Fecha elegida por muchos para pasar unos días fuera del país. Y de nuevo, Ámsterdam volverá a ser uno de los destinos favoritos para disfrutar de unas minivacaciones. En La Grosella te descubrimos cinco platos típicos de la cocina holandesa.

 

Bitterballen

 

Las bitterballen son un magnífico y popular aperitivo para relajarse en una terraza de la Plaza Leidseplein. Reconocer este plato es muy sencillo, su aspecto se asemeja a una croqueta. Se elaboran con carne picada, harina, especias, caldo de carne y mantequilla. Suele servirse acompañado de un tarro con salsa de mostaza.

 

Haring

 

Los holandeses sienten pasión por el arenque crudo. Este plato de comida rápida compite con los perritos o las hamburguesas. Se pueden encontrar en quioscos repartidos por toda la ciudad. Se pueden disfrutar en forma de bocadillo o en una bandeja. A cualquiera de las dos versiones, le acompañan la cebolla cruda picada o los pepinillos.

 

Quesos

 

En este repaso por la gastronomía típica holandesa no puede faltar el queso. Los amantes de este alimento podrán disfrutar de una amplia variedad. Los más famosos son los Edam y lo Gouda, pera la propuesta no termina ahí. A cinco minutos de la casa de Ana Frank, se encuentra el Museo de Queso, un establecimiento con más de 600 años de historia donde degustar y comprar los mejores productos artesanales.

 

Rijsttafel

 

Es un plato sencillo y nutritivo, ideal para recuperar fuerzas antes de seguir recorriendo la ciudad. El arroz es su ingrediente principal. El plato lo completan las hortalizas, las legumbres, el plátano, el coco, la carne (pollo, ternera o cordero) y el pescado. La cerveza es la bebida perfecta para disfrutar de este plato de origen indonesio.

 

Poffertjes

 

Y que mejor manera de concluir una experiencia gastronómica que con un buen dulce. Las poffertjes son el mejor broche. Estas tortitas se condimentan con azúcar y mantequilla, y se caracterizan por una textura crujiente en su exterior y blanda en su interior. Esta es la versión clásica, pero se pueden completar con un poco de sirope o nata montada.

 

 

Ya conoces cinco platos típicos de la cocina holandesa que debes degustar en tu próxima visita. Y por supuesto, en La Grosella estaremos esperando a que nos cuentes tus experiencias.

 

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